Viajar caminando es la forma más antigua de viajar. Viajar caminando es mirar de frente al sol y llenarse de energía; o mirar las estrellas y guiarse con ellas en la noche.
Viajar caminando es vivir el paisaje, es sentir el viento, el frío y el calor, es tocar la lluvia y empaparse de ella y de la vida. Es crecer. Es encontrarse con uno mismo y con los demás. Es viajar. Es caminar.
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Viajar caminando es el mayor de los placeres de esta vida. |
Viajar es mi mayor pasión en la vida. Caminar es la otra. Caminando se descubre el paisaje de una manera especial, se siente con todos los sentidos y es de las experiencias más lindas que existen al viajar. Se puede conocer mejor a la gente de un lugar, a los que pasean, a los que están trabajando, a los que te saludan o te ofrecen de comer, a los que viven ahí o a los que están de paso. Viajando caminando se conoce mejor un lugar. Caminando se avanza al ritmo que cada uno puede y así aprendemos a hacer pausas, a escuchar nuestro cuerpo y a dejarnos llevar por él.