España en general es un país hermoso, pero a mi parecer Asturias es el mayor ejemplo de su belleza natural. Es tierra de prados verdes y montañas nevadas, de casitas de cuentos de hadas, de gente amable y cálida. Tierra de aguas cristalinas, de grandes extensiones de arena, de vientos, lluvias, arcoíris y mañanas cantadas por pajaritos. Sinceramente, yo estoy enamorada y por eso quiero contarte qué ver en Asturias en 3 días para que tu próxima escapada sea a esta tierra de ensueños.
Qué ver en Asturias en 3 días
Recorrer Asturias entera en tres días puede ser imposible si se quiere disfrutar de sus encantos al máximo y no ir con prisas. Sin embargo, si uno ya conoce sus ciudades: Oviedo, Gijón y Avilés, como era mi caso, siempre se puede armar una nueva ruta para visitar Asturias en tres días desde una perspectiva nueva. Si aún no conoces estas ciudades, te recomiendo hacer un tour privado por Gijón, una visita especial a la Catedral y la Regenta en Oviedo, y el tour de misterios y leyendas por Avilés, que por cierto es un pueblo que visité porque mi papá vivió ahí cuando era pequeño y me encantó lo misterioso que es.
Para hacer otras actividades en Asturias también puedes consultar la web de Vipealo Asturias
Había estado en Asturias años atrás y me había quedado enamorada pero no había vuelto a pasar ni de cerca. La idea era visitar el Parque Nacional de los Picos de Europa, hacer el descenso del Sella en canoa y conocer el Santuario de la Virgen de Covadonga, pero finalmente se convirtió en un viaje de tres días haciendo una ruta por los pueblos asturianos pesqueros. Y no me arrepiento.
Ujo, primera parada
Llegamos al Principado de Asturias desde Madrid por la ruta A66 y paramos en Ujo, el pueblo donde nació mi abuela paterna, cerca de Mieres. Aquí se encuentra la Iglesia de Santolaya del siglo XII que es Monumento Artístico-Histórico desde 1923. Dimos una vuelta por el pueblo, lamentando su deterioro pero tratando de imaginarnos a mi abuela paseando por sus callecitas, subiendo el monte o comprando en el Economato.
San Martín del Mar, donde nos alojamos
Seguimos camino hacia la costa y llegamos a nuestro destino cerca de la localidad de Villaviciosa: el Hotel Alavera, en San Martín del mar, con excelentes vistas a los prados verdes y a las aguas de la Ría de Villaviciosa. Nos enamoró al instante en que lo vimos, al igual que su entorno de paz y belleza.
La dueña del hotel nos recomendó visitar los pueblos pesqueros asturianos y nos encantó la idea.
Tazones, primer pueblo pesquero a visitar
Al primero que fuimos fue a Tazones, el más cercano a nuestro hotel. Allí comimos en el Restaurante La Playa un poquito de pulpo y calamares. Pero lo mejor fue el paseo por la costa: escuchar el mar chocar contra las rocas en la playa, sentir el viento soplar entre los barcos, y admirar la inmensidad del mar desde la orilla.
Después fuimos a la playa de Rodiles a descansar frente al mar. Es una playa extensa en un entorno de montes que la hace preciosa. El único inconveniente fue el viento pero disfrutamos mucho del paisaje y el relax.
Al día siguiente, aprovechamos más el día desde temprano: nos fuimos por autopista hasta el punto más lejos que íbamos a visitar para luego regresar por la ruta de la costa visitando pueblitos pesqueros.
Luarca, un pueblo pintoresco
La primera visita la hicimos a Luarca, un pueblo pintoresco atravesado por un río al que cruzan varios puentes muy bonitos. Dimos un paseo y probamos las delicias locales (una trenza dulce y esponjosa). Vimos las casitas sobre la ladera del rio y nos fuimos a la playa donde estuvimos casi solos por un buen rato, descansando, mirando hacia el faro, hasta que llegaron unos moteros y decidimos emprender viaje.
La siguiente parada fue la Playa del Silencio, a la que admiramos desde arriba del acantilado un buen rato. El entorno es precioso y lleno de paz. Realmente merece la pena desviarse del camino para ver esta playa.
Cudilleros, un pueblo sin igual
Cerca de Playa del Silencio, hay un pueblo más pintoresco aún que Luarca, y se llama Cudilleros. Las casitas de colores apiladas una sobre la otra desde la orilla del mar y escalando la montaña, me recordaron a ciertos pueblitos de Brasil. Y a pesar de ser muy pequeño, tiene mucho movimiento tanto en el puerto como en la callecita que va hacia arriba. Los bares del puerto estaban llenos. Un pueblo animado y encantador.
Luanco, un pueblo tranquilo
De ahí fuimos a Luanco, otro pueblo de la costa asturiana. De una arquitectura muy distinta a la de Cudilleros, me recordó a Santander. La llovizna dio un encanto especial a nuestro paseo por las costas de Luanco que terminó en la Iglesia del pueblo presenciando una boda con trajes típicos y gaiteros.
Un paseíto rápido por Gijón
Y por último, terminamos nuestro sábado en Gijón. Cansados de caminar, de conducir, de buscar estacionamiento, de no encontrarlo, y de viaje en sí, no disfrutamos el paseo por la ciudad tanto como de los pueblos. Dimos un paseo por la costa, visitamos la Plaza Mayor y el Ayuntamiento. Estuvimos en un bar cerca de la plaza de Jovellanos donde el servicio resultó pésimo: nunca nos trajeron la comida. Así que nos fuimos a cenar a Villaviciosa, el pueblo más cercano a nuestro hotel, donde tomaríamos sidra escanciada como es típico en Asturias.
Lastres, un pueblo fuera de serie
Al día siguiente, nos fuimos a Lastres, el pueblo que la serie española Don Mateo hizo famoso. Resultó ser un pueblo precioso, con una playa de aguas cristalinas que invitaban a bañarse. Las callecitas de piedra amarilla en subida y bajada me recordaron a Valldemosa.
Visitamos la casa que hizo de hogar de Don Mateo, y el edificio del reloj. El sol estaba fuerte pero pudimos disfrutar un buen rato de perdernos entre las callejuelas de Lastres antes de ir a nuestra última parada de este viaje a Asturias.
Ribadesella, un pueblo muy animado
Nos despedimos de Asturias en Ribadesella, un pueblo con un puente enorme y una costa extensa que tiene un paseo con bares y restaurantes. El entorno es muy bonito, como toda Asturias. Aprovechamos a despedirnos del Principado comiendo unas tapas en un bar junto a la Iglesia principal de Ribadesella.
Y con ese descanso nos despedimos de tierras asturianas hasta la próxima, que la habrá seguro porque los paisajes de Asturias son de los más hermosos del país y siempre es agradable pasar un tiempo recorriendo estas tierras. Y aún nos quedaron pendientes Covadonga y los Picos de Europa para ver en una próxima escapada a Asturias de 3 o 4 días.
¿Y tú? ¿Has estado en Asturias ya? Cuéntanoslo en comentarios. Y si aún no has ido, te comparto otras actividades que puedes hacer.
Me encanta el nombre de la pagina » Viajar Caminando». En mi opinion, caminando es cuando mas se disfruta del viaje, cuando mas cosas puedes ver, mas experiencias puedes vivir. Y Asturias es uno de los sitios a los que hay que viajar caminando. Conozco los pueblos que visitaste en tu viaje y tambien he tenido ocasion de visitar lagos de Covadonga y Picos de Europa. Te lo recomiendo mucho.
Me encanta Asturias y vuelvo alli siempre que puedo.
Un saludo.
Gracias Tania! Me quedé con ganas de conocer Covadonga y los Picos. La próxima vez que vaya a Asturias, los visito seguro! Saludos
Algun dia tengo que visitar Asturias, la verdadera España
jajaja no sé si es la verdadera España o no, pero es una región preciosa y merece mucho la pena una visita 🙂