Qué ver en Roma en cuatro días

Viajé a Roma en tres ocasiones. La primera vez estuve ocho días, con amigas pero no llegué a ver todo lo que quería porque fue un viaje en el que teníamos otras actividades. Así que me gustaría contarte qué ver en Roma en cuatro días que es lo que hice en mi segundo y tercer viaje a la ciudad.

Caminando por Roma

La segunda vez que estuve en Roma fue en pareja y descubrí rincones nuevos que quizá con apenas 20 años no me hubiese fijado en ellos. Rincones como una esquina del barrio Trastevere donde comimos un plato típico o aquella pizzería de las afueras donde veías cómo se hacía tu pizza a la piedra antes de sentarte a comerla.

Fue ahí cuando me di cuenta que Roma no es solo la Fontana di Trevi o el Coliseo o el Vaticano, que Roma es para disfrutarla caminando, tomándose un helado, comiéndose una pizza, entrando en un café cualquiera y disfrutar con la charla del camarero aunque solo entiendas la mitad de lo que dice, pero suena tan bonito…

Está claro que ir a Roma y caminar por cualquier parte sin ton ni son puede que no sea tu objetivo, pero de verdad que si tienen tiempo, les recomiendo hacerlo, porque acabarán por encontrar los mejores rincones de la ciudad. Y si quieren conocer la historia de la ciudad mientras caminan, no duden en hacer el Free Tour por Roma que es gratuito. Y si no quieren caminar, pueden optar por el Autobús Turísitco.

Actividades para hacer en Roma

En este artículo resumo entre fotos y pequeñas descripciones lo que vi de Roma y lo que más me gustó. Pero si desean hacer otras actividades en la ciudad como un Tour gastronómico por el Trastevere, o adentrarse en los subterráneos del Coliseo no duden de reservarlas con anticipación y ahorrar en colas. Acá pueden ver todas las actividades para contratar en Roma por adelantado.

Qué ver en Roma en cuatro días según mi experiencia

Como estábamos a las afueras de lo que es el centro de Roma, alojados en un apartamento ideal que se llamaba “Villa Pamphilli”, llegábamos con el tranvía a la Piazza Venezia, donde nos recibía el monumento a Victor Manuel II y dos banderas italianas flameando por si teníamos alguna duda de donde estábamos. Lo que me gusta de este espacio son las escalinatas blancas y las vistas de Roma desde arriba.

El Foro Romano

Un imperdible de Roma es el Foro Romano, al que le dedicamos más de tres horas, paseando, disfrutando de ese viaje al pasado tan bien conservado, tan glorioso. Dentro, encontraremos restos de Templos, Arcos, Plazas, Columnas, y toda una serie de estatuas de la época.

Pasear por el Foro Romano te transporta a los años del Imperio Romano, tantas veces estudiado en el cole, y ni la cantidad de turistas puede estropear ese momento ideal.

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El Coliseo

Por supuesto que la visita al Foro Romano no estaría completa si no visitaramos el Coliseo, por fuera y por dentro. La primera vez que fui no entré y me quedé con las ganas. La verdad es que merece la pena entrar, buscar un rincón tranquilo si es posible, y sentarse a imaginar. Imaginar una pelea de gladiadores, luchas con animales salvajes, asesinatos de prisioneros y todos los juegos que tenían lugar entre sus paredes.

El arco de Constantino

Al ladito del Coliseo, vamos a ver fácilmente y entre rejas el Arco de Constantino, uno de los monumentos de la Antigua Roma mejor conservados. Cuando nosotros estuvimos estaba en obras un lateral.

El Área Sacra

Y callejeando llegamos a sitios que no teníamos en mente como el Área Sacra donde se encuentran los restos de los templos más antiguos de Roma, una zona que parece estar ahí sin más, en medio de la ciudad y eso quizá es lo que más me impresionó.

Panteón de Adriano

Uno de los siguientes puntos a los que llegamos paseando fue el Panteón de Adriano, construido en el año 126, otra de las obras que yo ansiaba conocer de tanto verlo en los libros. Y lo que más me gustó es que está en una plaza que permite contemplarlo de lejos todo el tiempo que quieras. Y hacerle todas las fotos que quieras, si te gusta hacer fotos.

Piazza Navona

Muy cerquita del Panteón nos vamos a encontrar con la Piazza Navona, una auténtica hermosura, con su Fuente de los Cuatro Ríos, su obelisco, sus esculturas blancas, su ambiente único. Un espacio también para artistas y para los que se atreven con la fotografía.

Ciudad del Vaticano

Ir a Roma y no pasar por la Ciudad del Vaticano es posible pero seas o no religioso creo que merece la pena hacerle una visita aunque sea por su valor histórico y arquitectónico. Es importante que sepas que es un Estado soberano independiente de Italia, aunque esté enclavada en Roma.

La Basílica de San Pedro

Para entrar a la Basílica es mejor ir temprano cuando es posible que la cola que rodea la Plaza San Pedro no sea tan larga aunque depende mucho de la época en la que vayas. De todas formas, hay que ir preparado para esperar un buen rato además de vestido para la ocasión (léase cubiertos los hombros y rodillas). La Guardia Suiza te lo recordará.

Los Museos del Vaticano

También los Museos del Vaticano, cuya entrada está a la vuelta de la Plaza San Pedro, merece una visita con calma.  Además de las diversas estatuas lo que más me impresionó fue el grabado de los techos y los mapas con cuidadosos detalles. Lo más hermoso, quizás, el techo de la Capilla Sixtina, pintado por Miguel Ángel, una obra cumbre en la historia del arte.

¿Qué más ver en Roma?

Castillo Sant’Angelo

Muy cerca del Vaticano, dando un paseo, llegaremos al Castillo Sant’Angelo, junto al río Tíber, frente al Puente del mismo nombre. El Castillo comenzó a construirse en el año 135 como mausoleo para la familia del emperador Adriano pero años después se convirtió en una fortaleza militar. No lo visitamos por dentro pero un paseo por los alrededores sí merece la pena.

Plaza España

Callejeando desde allí, disfrutando del encanto de los barrios de Roma, que parece ser historia viviente, llegamos a la Piazza Spagna o Plaza España, otra sorpresa del viaje. En el centro de la plaza, se encuentra la Fuente de la Barcaza. Detrás, la impresionante escalinata de 135 peldaños, la escalinata de Trinitá dei Monti.

Monte Pincio y Piazza del Popolo

Subiendo la escalinata, y callejeando una vez más, llegamos a un parque enorme en el monte Pincio, desde donde se puede observar la famosa Piazza del Popolo, la Plaza del Pueblo. En el centro de la Plaza, un obelisco, no romano sino egipcio: traído de Heliópolis, dedicado a Ramsés II.

En mi segundo viaje a Roma, en la colina de Pincio, alquilamos un carrito como de golf y nos fuimos a recorrer la Villa Borghese y los jardines en él. Un paseo precioso además de divertido. La primera vez que lo recorrí hace años con unas amigas, alquilamos un coche de pedales y también fue muy divertido. Es un entorno ideal también para dar un paseo caminando si no se está cansado de recorrer Roma entera.

La Fontana di Trevi

A menos de diez minutos andando de la Piazza Spagna o Plaza España y no muy lejos del Panteón de Adriano, nos encontramos con la famosísima Fontana di Trevi. Es posiblemente la fuente más hermosa de Roma. Sin embargo, me la esperaba en un lugar más abierto, espacioso, aislado quizás.

La Fuente de Trevi o Fontana di Trevi está situada en el cruce de tres calles marcando el final de uno de los antiguos acueductos que suministraban agua a Roma. El hecho de que esté en medio de la ciudad, de negocios de souvenirs y restaurantes y rodeada de turistas que se dan empujones para tirar unas monedas a la fuente, hace que quizás no se pueda apreciar tan bien como la vemos en las fotos. De todas formas, sigue siendo una visita obligada en un viaje a Roma. Como curiosidad, resaltaría su ventana falsa.

Paseo por el Trastevere

Visitar Roma siempre estuvo entre mis sueños y lo cumplí hace más de ocho años pero volver con David hace tres fue especial. La ciudad me resultó increíblemente romántica, más aún que París, y un viaje así no podía tener otro final más delicioso que un paseo por el Trastevere y una comida italiana en la terraza de un pequeño restaurante en una de las esquinas de este hermoso barrio.

Sin duda, si hay una ciudad en el mundo que despierta amor y pasión, esa es Roma.